Poco después de que Andrew Oliver fuera nombrado recaudador de impuestos para Massachusetts en 1765, una turba enojada que esperaba forzar su renuncia colgó su efigie de la rama de un olmo en Boston. Al mismo tiempo, la figura de un diablo con una bota que colgaba de otra rama representaba a Lord Bute, el influyente consejero del rey que abogaba por imponer impuestos a las colonias. Multitudes en otras colonias trataron de intimidar a los agentes fiscales colgando sus efigies de árboles similares de la Libertad, y pasaron a utilizar alquitrán y plumas a los agentes que no renunciaban.
Esta historia muestra como la sociedad resistía -naturalmente- al despojo violento e injusto que significan los impuestos. A lo largo de la historia, la casta política ha ido erosionando aquella resistencia mediante propaganda y relato, a los efectos de apaciguar a las masas resistentes, bajo eslóganes de redistribución, justicia social, y servicios públicos. Normalizando así y dando apariencia de legitimidad al robo sistemático que significa la tributación